29 de enero de 2009

"Tomás Segovia en Puebla"-(Columna "El Guardián del diván"-Diario “El Columnista” de Puebla- 29/01/09)

El viernes de esta semana a las 19:00 horas estará Tomás Segovia, reconocido poeta, dando una charla en la Librería Universitaria-BUAP, que se encuentra dentro del Complejo Cultural Universitario.
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Nació 1927 en Valencia, España. En tiempos de la guerra civil española emigró a nuestras tierras donde realizó el Bachillerato y posteriormente estudió Filosofía, Letras Españolas en la UNAM en 1957 ingresó como profesor de la UNAM, donde dirigió la Revista Mexicana de Literatura. A los 16 años empezó a escribir poesía y a los 18 publicó por primera vez en revistas, en 1950 obtuvo una beca Guggenheim. Fue profesor de la Universidad de Princeton y director de importantes revistas americanas y europeas. En su obra se le ha catalogado como un poeta en diálogo con la tradición europea, centrada fundamentalmente en el tema amoroso. Además de poeta, su labor como escritor abarca diversos géneros, como el ensayo, la crítica, la dramaturgia y la narrativa. Ha publicado en revistas como Diálogos, Plural, Revista Mexicana de Literatura y Vuelta, a través de las cuales mantuvo un vínculo constante con el panorama de las letras mexicanas. Ha sido traductor fundamental de poetas como Nerval, Hugo, Breton y Rilke, así como del pensamiento francés de la segunda mitad del siglo XX. A lo largo de su carrea ha sido galardonado con premios como el Xavier Villaurrutia (1992), el Magda Donato (1974), el Alfonso X de Traducción (1982. 1983 y 1984), el Octavio Paz (2000), el de Literatura Latinoamérica y del Caribe Juan Rulfo (2005), el Extremadura a la Creación, mejor trayectoria literaria de autor iberoamericano (2007) y el Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca (2008). Actualmente cuenta con la designación de Creador Emérito del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes de México.
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A continuación un breve poema del nombrado autor:
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ALGO DEBE MORIR CUANDO ALGO NACE...
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Algo debe morir cuando algo nace;
debe ser sofocado, y su sustancia
chupada para ser riego o lactancia
en que otro ser su urgencia satisface.
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No habrá otra hora pues en que te abrace
mientras muerdo en la cándida abundancia
de tus dos pechos; no habrá ya otra instancia
en que tu cuerpo con mi cuerpo enlace;
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no penetraré más en la garganta
anfractuosa de tu sexo alpino.
Tú a otra luz amaneces; yo declino.
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Mi degollado ardor tu altar levanta,
mi reprimida hambre te alimenta,
y el yermo de mi lecho te cimenta.

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