24 de noviembre de 2010

"El terremoto que olvido el arte"-(Columna El Guardián del diván-Diario El Columnista 24/11/10)

Desde tiempos inmemoriales, el arte ha estado relacionado ampliamente con la humanidad. Es por eso que cada hombre que ha habitado la tierra en las distintas épocas, ha tenido la necesidad de dejar alguna huella o testimonio, como constancia de su paso por la vida. Gracias a esta hambre de expresión y ubicuidad, hemos podido enterarnos desde: la desaparición de culturas enteras, el sufrimiento causado por alguna conquista, hasta la lucha contra epidemias, buscando, quizás, heredar una reflexión o un mensaje para las nuevas generaciones.

Gracias a muchas expresiones artísticas, los historiadores han podido rellenar algunos huecos, que el discurso histórico no ha logrado. Lo anterior, es una relación que al autor de la generación del Crack: Ignacio Padilla, le interesa ahondar en su ensayo “Arte y olvido del terremoto” (Almadía, 2010) - galardonado con el Premio Luis Cardoza y Aragón de Artes Plásticas 2008-, cuya intención es buscar esa correspondencia entre arte, catástrofe y pérdida causadas por el terremoto del 19 de septiembre de 1985. Para ello, busca responder: ¿qué queda de aquel desastre en la conciencia colectiva de una sociedad que, por otra parte, insiste en no olvidar el 2 de octubre o la crisis de 1994?, ¿puede decirse que hubo un arte de los sismos?, ¿cuáles son las asignaturas pendientes de nuestra memoria colectiva, que tocaría resolver a las artes?

Ignacio Padilla lleva al lector a una reflexión amplia y exhaustiva, sobre la verdadera aportación o no que en su momento pudieron tener diferentes artistas como: Gabriel Orozco, Mauricio Maillé, Sergio Toledano, Rubén Ortiz, Ulf Rollof, Eloy Tarcisio, Antonio Luquín, Germán Venegas, Enrique Metinides; o colectivos artísticos como: la Compañía de Luz y Fuerza y el Semefo. Para lograr que este ahondar parezca sencillo, recurre a un lenguaje ameno, de tal forma que el ensayo logra mezclar el argumento con el estilo narrativo de un cuento o una novela.

“Arte y olvido del terremoto” logra explicar y establecer los resultados que la sociedad ha sufrido al no saber nombrar y cuestionar, en tiempo y forma, las heridas causadas por el terremoto; al mismo tiempo que expone las responsabilidades que comparten los medios de comunicación masiva junto con el arte, respecto a la amnesia colectiva que se tiene del temblor.

Avisos parroquiales

Dentro del programa de la FIL-G, Sergio Pitol y su “Autobiografía soterrada” harán acto de presencia el 28 de noviembre a las 200:00 horas en compañía de Martín Solares; el 1 de diciembre a las 19:00 horas Pedro Ángel Palou presentará “Pobre patria mía”, lo acompañara Paul Garner –el biógrafo de Porfirio Díaz-; el jueves 2 de diciembre a las 12:00 horas el poeta poblano Miguel Maldonado presentará su poemario “Los buenos oficios. Responso a Los demonios y los días de Rubén Bonifaz Nuño”, lo presentarán Pedro Ángel Palou, Rodolfo Mendoza y Víctor Ortiz; este mismo día a las 13:30 horas se presentará Uni-Diversidad, la revista de Pensamiento y Difusión cultura de la BUAP, ya con dos números en existencia, dicho evento estará a cargo de Pedro Ángel Palou; e Ignacio Padilla presentará “La isla de las tribus perdidas el 3 de diciembre a las 20:00 horas, al lado de Ana Clavel.

17 de noviembre de 2010

"Vida + Fútbol + Literatura = Vladimir Dimitrijević"-(Columna El Guardián del diván-Diario El Columnista 17/11/10)

La relación entre fútbol y literatura para muchos puede resultar extraña, pero otros ya la vemos como cotidiana. Los mejores ejemplos en México de dicha relación son: Juan Villoro, Rafael Pérez Gay; a nivel Latinoamérica tenemos a: Andrés Neuman y Eduardo Galeno; por nombrar algunos.

A mis manos ha llegado la segunda edición de: “La vida es un balón redondo” de Vladimir Dimitrijević (Sexto Piso, 2010), un libro exquisito para todo aquél lector que tenga como pasiones vitales al fútbol y a la literatura.

A lo largo de ciento treintaisiete páginas, el autor ofrece una hermosa y dinámica disertación sobre la importancia que tiene en su vida el fútbol y cómo ésta comparte símiles con las formas de vivir la literatura. Vladimir ofrece unas comparaciones interesantes entre escritores y directores técnicos, entre cualidades poéticas y la existencia de los cracks del fútbol. Sin embargo, no es un texto romántico donde el autor sólo se dediqué a plasmar las virtudes del fútbol y sus semejanzas con la literatura; también retrata las grandes afectaciones, para bien y para mal que este deporte ha sufrido con la incursión de tecnologías y la inyección de fuertes economías, gracias a las monstruosas publicidades; desde la implementación de slogans en las playeras de fútbol, quitándoles elegancia; hasta la aparición de cánones de lo “futbolísticamente correcto” y la “esclerosis democrática”, que da como resultado: un cierto temor a no triunfar que ha inundado el fútbol a nivel mundial, cambiando así los juicios y la estética futbolística. Ahora es raro ver marcadores abultados y en cambio se ven partidos donde la diferencia entre el ganador y el perdedor es de un gol.

Sin duda, una amplia metáfora de la vida futbolísticamente literaria.

“La vida es un balón redondo” más que ser una serie de ensayos ortodoxa, es una serie de conversaciones amenas e íntimas , donde el autor quiere hablar con el “otro” acerca de lo mucho que extraña el fútbol, pues una lesión le arrebato la posibilidad de llegar a ser un futbolista profesional. Es, de igual forma, una invitación a no perder la pasión por la vida y por los sueños que uno va teniendo desde pequeño y que no siempre se cumplen.

Avisos parroquiales

Ya está circulando el número 111 de la revista Dosfilos, cuyos principales atractivos son las apariciones de las plumas de Guillermo Samperio con su texto “El amplio y breve oficio de la escritura” y una breve muestra poética de Pedro Ángel Palou, poemas que son parte de su “Catálogo de las aves”, publicado recientemente por el Gobierno del Estado de Zacatecas.

Y pronto saldrá el segundo número de la revista Uni-Diversidad, espérenla.

10 de noviembre de 2010

"¿Cómo se consigue perdurar?"-(Columna El Guardián del diván-Diario El Columnista 10/11/10)

Todo escritor aspira a la inmortalidad, a ese ser recordado por sus lectores, empero ¿por qué ciertos escritores son más recordados que otros? y sobre todo: ¿a qué se debe que Borges se haya inmortalizado más en la memoria de muchos lectores que Alfonso Reyes, a pesar de que el primero vio al segundo como un gran maestro? Preguntas básicas que Hugo Hiriart se hace y comparte con el lector. Cuestionamientos que dan origen a su más reciente libro: El arte de perdurar, publicado por Almadía, dentro de su colección de ensayos: Estuario.

Este libro está compuesto por dos preciosos ensayos: “El arte de perdurar” y “La luz perfecta”. El primero explica magistral y didácticamente –siempre a modo de conversación- las amplias diferencias que existen entre Borges y Reyes. Primero, empieza por definir -con exactitud de cirujano-, el estilo que caracteriza a Reyes, para después confrontarlo con la amplia producción literaria de Borges, especialmente con su prosa ensayística, y termina por enfrentar a estos dos escritores con George Orwell, otro prolífico escritor. La finalidad: encontrar los cómos y los por qué de la perdurabilidad de estos escritores ante el lector. Un análisis donde más que el talento, a Hiriart le interesa ahondar en el recurso. En el segundo ensayo, aplica el mismo argumento que en el anterior, pero ahora con los pintores famosos: Rubens y Velázquez, al mismo tiempo que da lugar a los autorretratos de escritores famosos, proponiendo así una búsqueda donde el centro sea encontrar la perdurabilidad de la creación artística.

Un par de ensayos sumamente ricos, quizá el primero sea más lúcido que el segundo y menos complejo. El primer ensayo a pesar de ser más extenso, tiene un lenguaje más liviano y una prosa más ágil. Sin embargo, el conjunto es extraordinario pues logra hacer que ambos ensayos converjan en uno.

Debo confesar que es la primera vez que leo a Hugo Hiriat y mi encuentro con dicho escritor ha sido ameno. Un libro que me dejo con ganas de leerle más seguido. Una recomendación que tengo que agradecer al amigo Javier Aranda Luna, una razón más para que corran por el libro y lo disfruten, sin duda, les ayudará a entender por qué unos escritores tienen más reconocimiento que otros.