29 de agosto de 2011

Poética reconstrucción de un ícono-(Sexenio-Puebla 23/08/11)

Marilyn Monroe nunca me llamó la atención, por ende no me he animado a ver ninguna de las películas en las que ella actuó. Siempre la considere una belleza típica de Estados Unidos: güera, bonita y hueca. Vacía, sin nada que decir ni aportar. Y este juicio se deba, quizá, a que no me tocó verla o simplemente han construido tanto alrededor de ella que le quitaron atractivo.

El único retrato interesante lo hizo Thruman Capote, en su texto: Una adorable criatura, que aparece dentro de la colección de cuentos Música para camaleones, editado por Anagrama.

Sólo sus allegados sabían que existía otra Marilyn Monroe, mejor dicho sólo ellos pudieron conocer a Norma Jeane Mortenson, el nombre real de la actriz. Lee Strasberg -el fundador del Actor's Studio-, es uno de esos amigos, quien a la muerte de la actriz heredó sus posesiones personales, al morir éste, su hija, Anna Strasberg, encontró dos cajas de poemas y otros manuscritos de la estrella de cine. Anna acudió a un viejo amigo de su familia: Stanley Buchthal, quien luego solicitaría el consejo del editor Bernard Comment; juntos, estos últimos personajes, se encargarían de planificar la forma más adecuada para darle vida a este libro.

Este libro ofrece al mundo entero una parte inédita, desconocida (probablemente para algunos, inimaginable) de Monroe: la de una mujer con mucho por decir, que busca conocerse e interpretar el mundo; una poeta en ciernes; así como a un ser que se sentía vacío, triste, pues nadie era capaz de tomarla en serio. Sólo se fijaban en la actriz y nunca en la mujer con amplia sensibilidad, razón por la cual no tenía derecho a equivocarse. Fragmentos. Poemas, notas personales, cartas es una belleza editorial, pues tuvieron a bien digitalizar cada una de las páginas que escribió Norma Jeane, seguido de la transcripción y la traducción al idioma español. Si esto no pareciera bello, este libro regala al público imágenes de una Marilyn Monroe leyendo a Joyce, viendo grabados de Goya, escribiendo, bailando con Capote o conviviendo con Carson McCullers; de igual forma, comparten las portadas de algunos de los libros que conformaban su biblioteca, entre otras fotos.

Un libro que humaniza a la actriz y que mitifica a la mujer que pocos pudieron conocer.

Ahora puedo decir que Norma Jeane se me hace atractiva y la lectura de este libro hace que me den ganas de darle una oportunidad a Marilyn Monroe, lo cual, creo, a ella le hubiera gustado más así; ya que la actriz sólo es una ficción creada por Hollywood. Y la mujer es una persona que buscaba un lugar en el mundo, al no encontrarlo decide suicidarse para terminar con todo sufrimiento.

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Ya que estamos bajo el manto de Marilyn Monroe, es digno de festejar y aplaudir la realización del 2do Festival Internacional de Cine de Puebla, que dentro de sus inmensos proyectos destaca la idea de devolverle los espacios al público para quienes la experiencia cinematográfica se ha vuelto inaccesible, bautizado como: Cine Itinerante.

El objetivo de éste es llevar a cárceles, hospicios, escuelas, asilos, hospitales, plazas públicas y juntas auxiliares dentro del Estado de Puebla; películas que permitan la reflexión en torno a problemáticas sociales: de género, derechos humanos, luchas de la clase obrera, marginalización, cuidado del medio ambiente y la preservación de los recursos naturales, entre otros. Esto con el afán de fortalecer la diversidad cultural promoviendo la exhibición alternativa fuera de los circuitos que regulan su programación, condicionados por los criterios del mercado. La gira del Cine Itinerante será del 12 al 21 de Septiembre.

¡No se lo pierdan!

22 de agosto de 2011

Llovizna, entre la tradición y la modernidad (Sexenio-Puebla 15/08/11)

Edson Lechuga, en términos editoriales es un autor joven, pues apenas hace un año la editorial Montesinos nos hacía llegar su opera prima: Luz de luciérnagas, una de las pocas -por no decir únicas-, novelas que hablan del fatídico temblor de 1985. Llovizna es su segundo libro, instaurado en el género del cuento; empero debido a su redondez temática, los cuentos aquí reunidos parecieran capítulos de una novela.

Pareciera que Edson Lechuga asume sin problema alguno, en Llovizna, el papel de Dios-escritor, y a pesar de que a sus personajes les otorga el derecho del libre albedrío, al final los lleva a su inclemente final: la muerte; ya que en algunos casos ésta es un castigo, en otros una salida para encontrar la felicidad y en algunos sólo significa el cierre de un ciclo. Lo emocionante y novedoso, es que los personajes de estos cuentos no buscan redención o perdón, más bien ofrecen una explicación con el afán de ser comprendidos, y quizá, así, Dios-escritor justifica el por qué están muertos, casi muertos o castigados. Y que como bien dice, en la cuarta de forros del libro, Pablo Raphael, Llovizna son cuentos que parecieran pertenecer a la tradición oral; quizá porque buscan dejar una huella, una lección, donde busca recordarle al lector que: a cada acción corresponde una reacción.

Al igual que en Luz de luciérnagas, los cuentos de Edson Lechuga no pierden el tiempo en largas y monótonas descripciones; al contrario, éstos gozan de una admirable precisión tanto lingüística como narrativa; logrando así imágenes perfectas (casi cinematográficas) que crean en el lector la sensación de estar presente cuál testigo fiel de los hechos o por qué no, ser uno de los personajes.

Llovizna, un libro de cuentos ampliamente recomendable que atrapará al lector y que viene a demostrar cómo se puede mezclar lo tradicional (la herencia rulfiana) con lo moderno, sin sacrificar la originalidad.

Y con este segundo libro, a Edson Lechuga ya debe considerársele entre los escritores poblanos con más fuerza narrativa y cosas por aportar, al lado de Pedro Ángel Palou, Eduardo Montagner, Jaime Mesa, así como de nuestra poblana por adopción: Iris García.

14 de agosto de 2011

Sobre todas las cosas-(Sexenio-Puebla 09/08/11)

A Ximena Sánchez Echenique, con cariño.

La novela que hoy me convoca, tiene rato de haber sido publicada y considero no debe pasar desapercibida. Me refiero a Sobre todas las cosas (2004), opera prima con la que se dio a conocer Ximena Sánchez Echenique, fue galardonada con el Premio Internacional de Narrativa Ignacio Manuel Altamirano 2003 que otorga la Universidad Autónoma del Estado de México. El jurado de este Premio estuvo conformado por Elmer Mendoza, Juan Pascual Gay y César López Cuadras.

Sobre todas las cosas, sin duda alguna, ya dejaba ver a una autora con un estilo narrativo sumamente atractivo: donde se cuentan tres historias que son parte de un todo, un todo en el cual es indispensable el juego con el sonido de las palabras, así como una capacidad para lograr crear las atmósferas idóneas al tema central de la novela.

Aquí en Sobre todas las cosas, se cuenta la historia de Mar, una mujer de veinticuatro años que ya no disfruta de las cosas elementales de la vida; veinte años antes su padre Dario, gracias a dos vasijas rusas originarias de los talleres Fabergé descubre que lo insignificante puede ser bello y extraordinario; mientras que un siglo antes Medelbek, joven aprendiz de joyero recibe una sutil maldición, una desazón que compartirán los tres personas centrales de la novela. La historia de Medelbek se desarrolla en Rusia y la de Dario y Mar cobra vida en el único lugar posible: la Tierra de los Sucesos Triviales; donde nada, por muy maravilloso que sea, causa sorpresa. Y es en esta tierra donde Dario ha dejado un par escritos que sí son bien interpretados por su hija Mar, podrían ayudarle a recobrar el gozo por lo pequeño, lo cotidiano, el día a día y así lograr salir del insoportable tedio que provoca la palabra: rutina.

Sobre todas las cosas, una novela que desgraciadamente ya no se consigue, pero que debería ser publicada nuevamente pues -como muy pocas operas prima- no tiene desperdicio; además que en palabras de la autora: tiene una ilación con las obras que posteriormente publicaría dentro del sello editorial Tusquets: El ombligo del dragón y Por cielo, mar y tierra.

Y como dice Javier Aranda al concluir cada programa de Retomando a… dice: porque lo novedoso, no siempre está en actual y nuevo.

8 de agosto de 2011

Del cómo el recuerdo-memoria, te pueden volver loco-(Sexenio-Puebla 02/09/11)

La experimentación como semillero. La reescritura como complemento. La herencia literaria acompañada de una prosa poética, son varias de las armas que Cristina Rivera Garza utiliza para construir su más reciente novela: Verde Shanghai. Sin dejar aún lado sus obsesiones y pasiones: el recuerdo, la memoria y la locura.

Aquí, en Verde Shanghai, se cuentan dos historias: la de Marina: una mujer cotidiana, sin trabajo, con demasiado tiempo libre para sí misma y casada con Horacio; y la de Xian: pintora, atrevida y casada con Chiang, -porque así se pactó desde que eran niños- que vive en el barrio chino del DF. Dos historias que se cruzan, se entrelazan, se funden o se pierden; gracias a la grieta temporal que se abre al sufrir Marina un accidente automovilístico. Marina-Xian; dos mujeres tan distintas como iguales, alter egos mutuos, antítesis la una de la otra, complementos que se estorban al mismo tiempo que se necesitan para coexistir; es aquí donde se encarna la Historia de las dos historias; la Novela que engloba las dos novelas. Acá se comienza a construir un laberinto, donde la línea que divide a la memoria y al recuerdo de una posible locura es muy delgada.

Verde Shanghai es, quizá, la novela más arriesgada de Cristina Rivera Garza; ya que también es un ejercicio de re-escritura, pues dentro de la novela aparecen algunos cuentos de La Guerra no importa, uno de los primeros libros de cuento que la autora escribió, que fueron adaptados para conformar un libro redondo. Sumándose el constante ejercicio de incluir fragmentos de otros autores que acompañan a la perfección a la novela.

Con esta novela, Cristina Rivera Garza, demuestra que no ha perdido la capacidad de experimentar en cada novela, de buscar nuevas fórmulas sin perder el estilo y mejorando cada día su prosa, cada vez más poética; y sus historias, cada vez más sólidas en su edificación, a tal grado, que parecieran parte de acontecimientos reales.

Verde Shanghai una novela que a su vez es resultado de todos los trabajos anteriores. Historias distintas, que al conjugarse conformen la Novela donde la locura y el recuerdo-memoria buscan ser un todo.

Una novela que sorprenderá a cualquiera que se acerque a ella, pero -sin duda alguna- se necesita del conocimiento previo de su obra, para valorarla adecuadamente.