27 de mayo de 2013

¡Ole, ole, ole, ole Villoro y Caparrós!-(Sexenio-Puebla 22/05/13)

Dicen que el fútbol es el asunto más importante de lo menos importante en la vida. El fútbol siempre deberá estar por debajo de los asuntos coyunturales de un país, nunca por encima de los problemas de pobreza extrema o hambre. Nada más real y cierto que eso.

Sin embargo, el fútbol es parte de una sociedad y ayuda a definirla e inclusive a descifrarla.

Sudáfrica 2010 fue un mundial inédito, pues era el primero que se jugaba en tierras africanas. Se hizo tanto ruido alrededor que al final quedó a deber. Para los mexicanos –que gozamos el fútbol- un mundial representa la esperanza de pasar, por fin, a los cuartos de final. Los integrantes de la selección mexicana se convierten en los próceres fugaces de la patria mexicana.

Juan Villoro se ha vuelto uno de los grandes cronistas y teóricos del fútbol y Caparrós es una de las grandes voces latinoamericanas. Uno mexicano, el otro argentino. A diferencia –pienso- de otros deportes, el fútbol es un deporte que no se disfruta sin tener un cófrade con quien intercambiar técnicas, tácticas y frustraciones. Villoro y Caparrós intercambiaron sus impresiones futboleras durante el mundial de Sudáfrica 2010. Y afortunadamente decidieron publicarlas.

Ida y vuelta es un libro que ayuda al lector a comprender el fenómeno social que es el fútbol. Goles, autogoles, contragolpes, jugadas, jugadores, entrenadores, datos históricos, casualidades, supersticiones, experiencias, psicología y filosofía futbolera; todo es narrado y comparado con una prosa natural y sin pretensiones. Es un libro que deja constancia de las jugadas dignas de ser recordadas por su maestría y/o su ridiculez. Y sí, estos dos autores nos recuerdan el fracaso constante que México tiene cada cuatro años y la gran decepción que para muchos significó Argentina y Brasil. Sudáfrica 2010 fue el mundial que sentimentalmente se llevó Uruguay y futbolísticamente ganó España.

También fue el mundial donde se enfrentaron por segunda ocasión México y Argentina, y donde nuevamente perdió México por malas decisiones del  Javier “el vasco” Aguirre. Mientras éramos derrotados por la albiceleste, sufríamos la muerte de Carlos Monsiváis; esa sí fue la gran pérdida mexicana; nos recuerdan los dos novelistas.

Ida y vuelta es un libro muy disfrutable para aficionados y fustigadores del fútbol. Tal vez, después de leerlo entenderán que el fútbol no es tan malo como aseguran.

22 de mayo de 2013

Creo en Aute, porque creo en la poesía-(Sexenio-Puebla 16/05/13)


Yo nunca voy a un concierto sin compañía. Karla Blancarte, nuevamente fue la cómplice –quizá la víctima. El pasado 3 de mayo se presentaba en Puebla Luis Eduardo Aute. A Karla no le gusta la trova, pero acepto ser mi compañera.

Alrededor de las siete de la noche, nos acercábamos al zócalo de Puebla para atestiguar un lleno casi absoluto y mientras los asistentes esperaban la llegada de Aute, en el escenario Iván García, la bella y talentosa Michelle Solano, y Jaime Flores la hacían de teloneros. 

En lo que la gente esperaba y Karla tomaba fuerzas para soportar un concierto de trova; yo andaba tras bambalinas anhelando obtener una foto con el maestro Aute. Minutos antes del concierto, sale del camerino y cual imagen poética, ahí estaba: copa de vino tinto en mano y el aire ondeando su canosa cabellera. La gente del Festival 5 de mayo hacía una valla humana para cuidar su camino, lejos de todo fan; empero de forma educada, le solicité se tomará una foto, la cual aceptó con gran sencillez y maestría.

Siendo las ocho de la noche, la gente coreaba y exigía: ¡Aute, Aute, Aute!, las luces bajaban su densidad y empezaba a proyectarse en una pantalla: El niño y el basilisco, película que complementa a su más reciente producción: El niño que miraba el mar. Sin embargo, pocos son los asistentes que saben que Aute no es un simple cantautor, también es poeta, pintor y cineasta.

Quizá eso explique los silbidos que empezaban a escucharse. Algunos querían oírlo cantar, no una experiencia artística; pienso.

Al término de la película, aparecen Aute y sus músicos, y los aplausos también hacen acto de presencia. Aute conmovido saluda a la gente, agradece con las manos. Los vivas cobraron más fuerza cuando Luis Eduardo aseguraba que tenía muchas conexiones con Puebla, dos de ellas: Fernando Canales –conductor de noticias- y el cantautor Carlos Díaz “Caito”, quien fuera el primero en traer las canciones de Aute a Puebla –quizá el argentino más poblano.

Al terminar la salutación amistosa y oficial, vinieron tres horas de concierto, tres horas en las que los asistentes –algunos no tan conformes- pudieron escuchar todas las canciones de su nuevo disco, alternándolas con viejas conocidas como: Mojándolo todo, Quiéreme, Prefiero amar, Alevosía, Sin tu latido, Anda, Al alba, La belleza, Giraluna, No te desnudes todavía.

Entre canción y canción, Aute se aventuró a ofrecer una serie de sentencias que navegaban entre el chiste y la certeza ideológica: “Yo creo en Dios, porque creo en el sexo. El sexo puro es Dios. Dios es sexo, pues cuando se llega al éxtasis se invoca a Dios: Dios, Dios no pares. Y es que nunca se invoca a Satanás”.

De igual forma, Aute aseguraba a sus escuchas: “otro mundo es posible y está en nuestras manos”. También alentó a que los jóvenes sigan saliendo a las calles a exigir que se corrijan las cosas que algunos adultos han hecho mal; palabras más, palabras menos.

Tres horas llenas de poesía, de protesta y de mucho amor. 

Aute fue toda entrega y habrá que agradecerlo.

Karla fue toda paciencia, todo oído y gran compañía; habrá que premiárselo. Y es que uno nunca va a escuchar algo que no le gusta.

16 de mayo de 2013

Un like para Trino y Velázquez-(Sexenio-Puebla 08/05/13)


El controvertido narrador Carlos Velázquez y el gran humorista e ilustrador Trino, han unido sus talentos para dar vida al cómic: ¿Pichas, cachas o dejas postear? Anti-manual de uso de las redes sociales.

Las nuevas generaciones, incluyendo la mía, -que sería la denominada Millennial o Y[1]-, se ha desarrollado en un mar de tecnologías como son: cd, laptops, cámaras digitales, consolas de videojuego, dvd y la telefonía celular. Elementos que junto algunas series televisión, caricaturas e ídolos del deporte, la música y el cine; forman parte de nuestra educación sentimental.

Recientemente la aparición de las redes sociales, siendo las primeras Hi5 y MySpace; han revolucionado la interacción que el ser humano tiene con el mundo. Facebook y Twitter son hasta el momento las redes sociales que son más utilizadas y quizá, junto con Instagram o Foursquare, se han vuelto ya en las aplicaciones más elementales que no deben faltar en un smartphone, tablet o laptop.

Alrededor de estas redes sociales hay tantos mitos como realidades y estos dos personajes deciden burlarse de cada una de ellas, así como criticar a los usuarios que han convertido a las redes sociales en una parte fundamental de su vida. La rapidez comunicativa, la invención, la libre expresión, la configuración e invención de una identidad, el intercambio de información, la homogeneidad y más son revisados de forma hilarante en este libro; sin olvidar términos propios de las redes sociales como: Trenden topic, hastag, troll, zombie, la creación de eventos, etc.

Con un humor irreverente Velázquez y Trino abordan cómo dichas redes han cambiado para bien o para mal las relaciones que muchos jóvenes tienen con sus congéneres, ya sean novios, amigos o padres. De igual forma, retratan cómo la sociedad se ha comportado ante tal fenómeno. Y sin proponérselo –pienso- invitan a la reflexión, pues al final la espontaneidad y el contenido que dichas redes tienen, proviene de la vida misma.

Sin duda, ¿Pichas, cachas o dejas postear? es un libro que no debe faltarle a todos los usuarios de estas redes sociales y para quienes aún no las conocen, se antoja como una agradable introducción.
O dicho de otra forma, a este libro yo le doy like, lo faveo y lo retuiteo.



[1] Según el número 1 de Algarabía-tópicos: Soy mi generación. Julio-agosto 2011.

8 de mayo de 2013

Del Amores platónicos al Tengo frío-(Sexenio-Puebla 29/04/13)


El pasado viernes 26 abril era la fecha, después de 5 años Julieta Venegas volvía a pisar tierras angelopolitanas.

Julieta es otra compositora que forma parte del soundtrack de mi vida. En esta ocasión no pude concertar una entrevista individual, pero sí acceder a la conferencia de prensa.

Julieta llega una hora antes de su presentación, ante diversos medios locales y nacionales, portando un vestido rosa que denotaba su belleza.

Todos peleándose por hacer una pregunta; algunos hacían constatar el conocimiento de su carrera  y otros una ignorancia total, sin embargo ella atendió a todos con una sonrisa y un humor avante. Ahí comentó que Puebla es el segundo lugar, en México, donde viene a promocionar su más reciente producción: Los momentos, disco donde la cantautora buscó reflejar sus preocupaciones emocionales sobre México, sin ser combativa. Considera que el miedo con el que se vive en México no debe definir nuestras acciones. Comentó que los mexicanos tienen la tendencia a cerrarse ante el miedo y creen que lo que pasa en otros Estados no tiene que ver con ellos, sin embargo tiene que ver con todos; por eso sugiere mirarnos entre todos para lograr que las cosas cambien. Respecto a su parte creativa, Julieta no se considera una compositora conceptual, pues se deja llevar más por su intuición. La inspira todo lo que ve, lee, escucha y lo que le preocupa. Prefiere probar y que la curiosidad la siga llevando en el acto de crear. No cree en las formulas musicales ni en los estilos, cree en contar historias y en las canciones; por eso no se considera alternativa, electrónica, popera o rockera. A Venegas no le incomoda la fama, no cree en ella, prefiere vivir su vida y la música es parte de la misma; tal vez por eso disfruta la inmediatez que las redes sociales otorgan, pues es un lugar donde ella puede compartir sus gustos musicales o lo que está realizando en el día a día. Parte importante de su vida es su hija Simona, a quien le compuso la canción Hoy, que forma parte de Los momentos.

Siendo las 8:30 en punto y durante hora y media, Julieta Venegas  deleitó a sus fans –que abarrotaron el Foro Artístico de la Feria de Puebla 2013- con canciones como A tu lado, Tuve para dar, Amores platónicos, Bien o mal, Despedida, Te vi, Por qué, Limón y sal, Lento, El presente, Eres para mí, Andar conmigo. Preciso mencionar que su actuación formó parte del Festival Internacional 5 de Mayo 2013, tal y como lo hizo la última vez que estuvo en Puebla en el antes nombrado FIP.

Y sí, logré tomarme una foto con ella y accedió a tomarse una foto promocionando la revista UniDiversidad.
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Contrastante, pero no menos emotiva fue la presencia de Ely Guerra en el Festival Internacional 5 de Mayo el sábado 27 de abril.

Teniendo de fondo el Estadio Cuauhtémoc, una leve llovizna y cerca de trescientas personas, que en palabras de Ely: parecían más mil almas; la compositora cantó canciones como: Peligro, ¿Por qué tendría que llorar por ti?, Tengo frío, Te amo, I love you, Ojos claro, labios rosas, Lucrecia y Rigoberto, Mi condición, Stranger. Mismas que fueron coreadas por sus fans. El momento cumbre y emotivo fue cuando Ely Guerra cantó a capela: Júrame, canción que hizo vibrar a todos los presentes y dejo constancia de la gran voz que ostenta.

Lo que podría haber sido un concierto masivo, se convirtió en uno casi íntimo. Sin embargo, la entrega tanto de Ely Guerra como de sus fans estuvo siempre presente, quizá por eso el concierto duró cerca de dos horas. Quizá la poca publicidad o la lejanía fueron factores.

Ely Guerra, estuvo en Puebla en menos de un mes. La vez pasada lo hizo en el marco del 1er festival 5 sentidos, donde compartió escenario con Natalia Lafourcade, Molotov, Paté de Fuá y Dannah Garay.

 Esta ocasión no viajó con su vida, se hizo acompañar sólo de un guitarrista.

A diferencia de muchos artistas que han participado en el Festival, esta ocasión no se realizó conferencia de prensa con la cantautora. Sólo algunos reporteros que esperaron al final, pudimos obtener una foto exprés con la cantante, misma que se logró gracias a la sencillez de Ely Guerra.
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Aunque Julieta Venegas abarrotó, muchos creíamos que merecía presentarse en el Zócalo; al igual que Ely Guerra.

Ya será para la otra y esperemos que no pasen tantos años para volver a ver a Julieta en Puebla y Ely tenga un escenario que esté a la altura de su calidad.