Cual cartel de box, la portada del libro número 6 de la colección “Versus” de Tumbona Ediciones, anuncia al lector que se encontrará con dos ensayos antipáticos que pelean contra las nuevas variantes de una vieja afición: meter las narices en lo que no nos incumbe. Un alemán y un mexicano escriben contra el apapacho y los entrometidos, respectivamente.
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El primero en abrir la pelea con el texto “¿Todo bien?”, es Hans Ulrich Gumbrecht (Würzburg, 1948), quien ha escrito “Producción de presencia” y “Elogio de la belleza atlética”. Dicho ensayo aparece escrito a manera de carta y con un humor sarcástico y negro, el autor hace una breve reflexión crítica-comparativa del comportamiento del europeo y del californiano. Critica la excesiva felicidad californiana y añora al mismo tiempo la frialdad europea, pero también hace un claro énfasis en el daño que hace el extremo de cada postura y termina por optar por una sana indiferencia, pues así uno se podría librar de hacer preguntas socialmente correctas y sinceramente falsas: ¿está todo bien?, cuando en realidad es un mero formalismo, pues al ejecutor seguramente no le interesa saber los detalles de tu vida que te hacen comportarte de una u otra forma, la indiferencia serviría para alejarse de ser víctima de un sermón que busca regresarlo a uno por el buen camino de la conducta adecuada dentro de la sociedad.
El primero en abrir la pelea con el texto “¿Todo bien?”, es Hans Ulrich Gumbrecht (Würzburg, 1948), quien ha escrito “Producción de presencia” y “Elogio de la belleza atlética”. Dicho ensayo aparece escrito a manera de carta y con un humor sarcástico y negro, el autor hace una breve reflexión crítica-comparativa del comportamiento del europeo y del californiano. Critica la excesiva felicidad californiana y añora al mismo tiempo la frialdad europea, pero también hace un claro énfasis en el daño que hace el extremo de cada postura y termina por optar por una sana indiferencia, pues así uno se podría librar de hacer preguntas socialmente correctas y sinceramente falsas: ¿está todo bien?, cuando en realidad es un mero formalismo, pues al ejecutor seguramente no le interesa saber los detalles de tu vida que te hacen comportarte de una u otra forma, la indiferencia serviría para alejarse de ser víctima de un sermón que busca regresarlo a uno por el buen camino de la conducta adecuada dentro de la sociedad.
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“Los entrometidos”, segundo alegato en cuestión, es escrito por Antonio Ortuño (Guadalajara, 1976), quien recientemente fue finalista del Premio Herralde de Novela 2007 con su obra “Recursos Humanos”, entrega, ahora, al lector este divertido ensayo que hace una reflexión sardónica sobre una experiencia que tuvo al asistir a un taller literario en el cual se intentaba hablar de una obra que no habían leído y sobre la cual antes que entender el mensaje de la propia novela, si es que lo tiene, buscaban ver si la obra había tomado aspectos de la realidad mundial o quizá estaba basada en una experiencia de vida del novelista. Pero Ortuño, dice, y lo hace bien, que esto es imposible pues “escribir no es mostrarse, sino ocultarse y mutar”. Y le pide al lector que deja de pensar que el escritor hace novelas para ahorrar la paga de un psicoanalista y pide al crítico literario estudiar a la obra bajo la lupa de la estética si es que se piensa abordarla desde el aspecto de la construcción, pero si uno quiere ponerle énfasis al contexto, entonces se debe hacer desde la análisis del fenómeno literario.
El diván sentimental
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Querido Mario Alberto: a nombre de mis padres, Marcelino Godínez y Silvia Pérez, de mi novia, Carmen Barranco y a título personal, te enviamos a través de estas palabras, un sincero y fraternal abrazo, acompañado de amplios y francos deseos para que pronto encuentres la paz y el ánimo para seguir adelante. Una vez más, querido amigo y hermano, para ti de todo corazón recibe un abrazo y ósculo de paz.
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Invitación
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Este miércoles a las 19:00 horas en Museo de Arte San Pedro se presenta el poemario “Ciudadela” de Miguel Maldonado. Lo acompañarán Pedro Ángel Palou, Fritz Glockner y José Prats
“Los entrometidos”, segundo alegato en cuestión, es escrito por Antonio Ortuño (Guadalajara, 1976), quien recientemente fue finalista del Premio Herralde de Novela 2007 con su obra “Recursos Humanos”, entrega, ahora, al lector este divertido ensayo que hace una reflexión sardónica sobre una experiencia que tuvo al asistir a un taller literario en el cual se intentaba hablar de una obra que no habían leído y sobre la cual antes que entender el mensaje de la propia novela, si es que lo tiene, buscaban ver si la obra había tomado aspectos de la realidad mundial o quizá estaba basada en una experiencia de vida del novelista. Pero Ortuño, dice, y lo hace bien, que esto es imposible pues “escribir no es mostrarse, sino ocultarse y mutar”. Y le pide al lector que deja de pensar que el escritor hace novelas para ahorrar la paga de un psicoanalista y pide al crítico literario estudiar a la obra bajo la lupa de la estética si es que se piensa abordarla desde el aspecto de la construcción, pero si uno quiere ponerle énfasis al contexto, entonces se debe hacer desde la análisis del fenómeno literario.
El diván sentimental
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Querido Mario Alberto: a nombre de mis padres, Marcelino Godínez y Silvia Pérez, de mi novia, Carmen Barranco y a título personal, te enviamos a través de estas palabras, un sincero y fraternal abrazo, acompañado de amplios y francos deseos para que pronto encuentres la paz y el ánimo para seguir adelante. Una vez más, querido amigo y hermano, para ti de todo corazón recibe un abrazo y ósculo de paz.
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Invitación
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Este miércoles a las 19:00 horas en Museo de Arte San Pedro se presenta el poemario “Ciudadela” de Miguel Maldonado. Lo acompañarán Pedro Ángel Palou, Fritz Glockner y José Prats