El pasado jueves estuvo en Profética, casa de lectura, Agustín Ramos presentando su más reciente novela “Olvidar el futuro” (Tusquets, 2010), lo acompañaron Moisés Ramos, Arturo Ordorica y quien esto escribe. Ahí se dijeron muchas cosas importantes, quizá la más destacada es el gran miedo que, tanto autor como lectores tenemos de que esta novela deje de ser ficción para convertirse en dura y cruel realidad.
La trama tiene como protagonista a un escritor que se encuentra en la cima del mundo literario, sin embargo siente que a sus novelas les hace falta más vida, más acción. La vida lo pone en el momento justo y necesario, donde tendrá que resolver la pregunta más complicada de su vida: ¿asesinar o no al empresario más importante e influyente de México? A esto, le seguirán una serie de acciones trepidantes, que convertirán a nuestro destacado escritor en un Ulises asesino. “Olvidar el futuro” goza de una prosa monstruosa que exige al lector suma atención al texto, pues el cambio de escenarios, personajes y tiempos es asombroso, lo cual hace entretenida y complicada la lectura.
A través de esta novela, Agustín Ramos, hace una excelente radiografía tanto al interior como al exterior de diversos mundos, principalmente el literario y el político; en ambos, plasma el sinfín de porquerías que los cubren. Los personajes que aparecen a lo largo de la novela tanto principales, como secundarios están perfectamente construidos que se necesitaría ser muy despistado para no dar con sus posibles símiles en la vida real; convirtiendo así a la novela en una ficción sumamente arriesgada, pues el autor no tiene pelos en la lengua y plasma con precisión de cirujano las críticas necesarias en estos tiempos tan aciagos –acompañadas de una buena carga de un humor negro-, donde la corrupción y esta guerra sin sentido que el gobierno de Felipe Calderón ha emprendido contra el narcotráfico, tienen a México en una situación espantosa.
Una novela imperdible y que hará a cualquiera reflexionar sobre la realidad mexicana y obligará a cada lector a preguntarse ¿quiero esto para México? Una novela donde todos los ahí retratados, desde un multimillonario hasta una simple secretaria, pierden.
Con esta novela Agustín Ramos demuestra, como bien dijo en la presentación del libro, que la literatura es el lugar a través del cual aún se puede gritar, quizá, el único espacio que le queda al mexicano para expresarse libremente.
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