Cristina Rivera Garza, escritora reconocida tanto a nivel nacional como internacional, siempre procura tener una prosa estable y concreta. Fina a la hora de escribir. “La muerte me da” es la novela más reciente que tiene, publicada por Tusquets, y será presentada este jueves a las 5 PM en el Auditorio Elena Garro de la Facultad de Filosofía (3 Ote #210 Centro) al lado de otro novelista que con poco tiempo, comparado con Rivera Garza, ha demostrado que su prosa es fuerte; me refiero a Álvaro Enrigue, oriundo de la ciudad más sorprendente de este país: el Distrito Federal, autor de “Vidas perpendiculares”, que se presentará junto con la novela de Rivera Garza. Pero antes estarán en la Sala de Proyecciones dando una conferencia para los alumnos de la Facultad de Filosofía y Letras. La entrada para ambos eventos es abierta a todo aquel que guste acercarse a conocer estas voces que no son tan nuevas, pero que definitivamente son los pertenecientes a esa generación mexicana nacida a mediados de los 60´s que han venido a decir: “en México hay algo más, aparte de Rulfo, Fuentes, Poniatowska, Monsiváis y Pitol.”
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Las narrativas de estos dos escritores llevan al lector a mundos que se antojan ricos. Logran las imágenes que desean que el lector tenga en su mente y hacen que uno lleve en la cabeza por un buen rato lo que ambos relatan en cada una de sus novelas.
Las narrativas de estos dos escritores llevan al lector a mundos que se antojan ricos. Logran las imágenes que desean que el lector tenga en su mente y hacen que uno lleve en la cabeza por un buen rato lo que ambos relatan en cada una de sus novelas.
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En “La muerte me da” podemos encontrar una bella línea, con tintes poéticos: “Anhelaba el libro pequeño y bien escrito; el libro hermosísimo cuyo tema fuera el lenguaje mismo. Un libro intenso que la mantuviera, por horas, días enteros, años de ser posible, construyendo su propia morada. Un libro en prosa que no fuera una novela sino una casa”. Esas mismas palabras sirven para definir esta novela. La novela dentro de la novela, la ficcionalización de una gran poeta, Pizarnik, pero de Rivera Garza, también. Una novela sobre la novela. Poesía y thriller.
En “La muerte me da” podemos encontrar una bella línea, con tintes poéticos: “Anhelaba el libro pequeño y bien escrito; el libro hermosísimo cuyo tema fuera el lenguaje mismo. Un libro intenso que la mantuviera, por horas, días enteros, años de ser posible, construyendo su propia morada. Un libro en prosa que no fuera una novela sino una casa”. Esas mismas palabras sirven para definir esta novela. La novela dentro de la novela, la ficcionalización de una gran poeta, Pizarnik, pero de Rivera Garza, también. Una novela sobre la novela. Poesía y thriller.
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Por su parte, Enrigue crea novelas universales que pueden suceder en todos lados. Con una fuerte influencia, a mi parecer de Sergio Pitol. Novelas que tienen escenarios en México, en Italia y otros lugares. Además de agregar un humor sumamente agradable al lector. “Vivíamos en un cerro que no tenía nombre porque lo de poner nombres es posterior – Ur y lo que siguió son la pura colita de la memoria humana-, pero estaba muy claro que era el Cerro del Lobo porque nuestro padre era su protegido. Todo lo que hacía era untárnoslo en la cara: aullaba como lobo, nos gruñía como lobo, cazábamos a las carreras y haciendo un ruido de locos –una metodología muy desgastante si no eres, en realidad, un lobo-, se revolcaba, se carcajeaba, nos olía el culo y los sobacos, nos soplaba en el pelo. A nosotros no nos escandalizaba su comportamiento porque era lo único que conocíamos y lo imitábamos como podíamos.”
Por su parte, Enrigue crea novelas universales que pueden suceder en todos lados. Con una fuerte influencia, a mi parecer de Sergio Pitol. Novelas que tienen escenarios en México, en Italia y otros lugares. Además de agregar un humor sumamente agradable al lector. “Vivíamos en un cerro que no tenía nombre porque lo de poner nombres es posterior – Ur y lo que siguió son la pura colita de la memoria humana-, pero estaba muy claro que era el Cerro del Lobo porque nuestro padre era su protegido. Todo lo que hacía era untárnoslo en la cara: aullaba como lobo, nos gruñía como lobo, cazábamos a las carreras y haciendo un ruido de locos –una metodología muy desgastante si no eres, en realidad, un lobo-, se revolcaba, se carcajeaba, nos olía el culo y los sobacos, nos soplaba en el pelo. A nosotros no nos escandalizaba su comportamiento porque era lo único que conocíamos y lo imitábamos como podíamos.”
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Como verá el lector, son dos voces narrativas de las que uno no se podrá arrepentir de leer y de escuchar su visión que tienen acerca de la Literatura.
Como verá el lector, son dos voces narrativas de las que uno no se podrá arrepentir de leer y de escuchar su visión que tienen acerca de la Literatura.
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Los esperamos, pues, en ambos eventos. Junto a los autores estarán presentando dichas novelas Alí Calderón Farfán, Alicia Ramírez Olivares, Roberto Martínez Garcilazo y Alejandro Palma Castro.
Los esperamos, pues, en ambos eventos. Junto a los autores estarán presentando dichas novelas Alí Calderón Farfán, Alicia Ramírez Olivares, Roberto Martínez Garcilazo y Alejandro Palma Castro.
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