Dicen que el lector ideal es aquel capaz de enfrentarse a los textos en su lengua original, pues eso aseguraría que se valore adecuadamente a la novela, cuento o ensayo que se esté leyendo. Sin embargo, cuando no se tiene dicha habilidad, se antoja como una tarea imposible. Para ese tipo de lectores –entre los que me encuentro- existen las traducciones.
En el mundo editorial varias son los sellos que compiten por colocar en el mercado su traducción, su mejor versión del texto literario. Se tiene conocimiento que Anagrama, Alianza, Cátedra y Siruela se encuentran entre los sellos editoriales con buenas traducciones y algunas de ellas contienen comentarios o estudios previos muy bien documentados. Lastimosamente, en el mundo editorial, ya son pocas las editoriales que publican traducciones realizadas por escritores connotados, en parte porque es una tradición que ya se perdió; la mayoría de esas traducciones son hechas a conciencia y con una riqueza literaria increíble, pues conocen el proceso que conlleva escribir un texto literario.
Entre esos traductores, que son escritores, se encuentra Sergio Pitol, por mucho uno de los mejores que ha tenido México e Hispanoamérica. Las traducciones escritas por Pitol sucedieron en la época en que viajaba como Embajador. Mientras vivía en determinado país, además de leer su literatura, se empapaba de su vida cotidiana y cultural; logrando así tener todas las herramientas necesarias para lograr traducciones apegadas al texto original, además de comprensibles al modo de pensar y leer del mundo hispano.
La Universidad Veracruzana, desde hace tres años, pública dentro de su sello la Colección Sergio Pitol Traductor –coordinada por Rodolfo Mendoza Rosendo-, la cual tiene por objetivo reunir todos los textos que Pitol llegó a traducir. Washington Square de Henry James es el título número 16. Una novela que ya está considerada dentro de los “clásicos de la literatura universal”. La trama de dicha novela es muy sencilla: una rica heredera está siendo acosada por un caza fortunas. Un tema –quizá- muy trillado, empero la excelente construcción psicológica de los personajes, el exquisito lenguaje utilizado y el retrato detallado del comportar de los protagonistas de la novela acorde a una sociedad muy conservadora, le dan mucho valor a esta novela que entretiene y atrapa. Lograr que todo esto se note en la traducción es un logro de la pluma de Sergio Pitol, pues realmente deja hablar tanto a la novela, como al autor.
Preciso recordar que Henry James es uno de los escritores que más ha leído y estudiado Sergio Pitol, dándole un plus a esta bella traducción.
Una novela que no deben dejar pasar.
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