En días tan aciagos como los que México está viviendo, donde las miles de víctimas, por culpa de la guerra contra el narcotráfico emprendida por Felipe Calderón. Es puntual hacerse una pregunta: ¿existe la posibilidad de perder la sensibilidad?
Ricardo Menéndez Salmón -filósofo y novelista nacido en Guijón-, parte de ésa posibilidad para darle cuerpo a La ofensa (Seix Barral, 2007) novela que ha sido bien recibida por la crítica española y ha sido punta de lanza para el autor en otro tipo de mercados como el latinoamericano.
A lo largo de 142 páginas, el lector se enfrentará a la historia de un joven sastre alemán: Kurt Crüwell, que por azares del destino ha sido testigo de una cruel matanza en la Bretaña francesa. Acción que dará origen a un suceso raro, poco común: la pérdida de sensibilidad. Punto de origen para dar paso a un sinfín de circunstancias: la estancia en el hospital de Notre Dame de Rocamadour, donde intentarán curar su extraña enfermedad; posteriormente el protagonista aparecerá viviendo en Londres bajo otro nombre y nacionalidad diferente, con el objetivo de algún día poder borrar de su memoria aquél hecho que lo marcó, se sabe enfermo y quiere sobrellevar dicho malestar. Sin embargo, el narrador de esta historia recordará al lector que olvidar es un hecho imposible, pues la muerte y la memoria existen para regresarnos a la realidad. Una realidad que para Kurt se llama: Segunda Guerra Mundial y se apellida: Nazismo.
Una novela breve, donde el autor opta por la precisión para contar una historia que por su temática se antoja pesada y riesgosa, debido a que ya existen muchos novelas escritas bajo la temática del nazismo. Empero, esta historia sirve de pretexto para abordar un tema importantísimo: la fragilidad del ser.
La Ofensa es una novela imperdible y agradable para el lector.
Para los mexicanos - La Ofensa-, pareciera ser una advertencia. Corremos el riesgo de enfermarnos de insensibilidad, si no reaccionamos a tiempo. Así como vamos, la noticia será saber cuántos mexicanos siguen vivos y no cuántos están muriendo.
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