Mi primera FIL-Guadalajara fue en el 2005. El país invitado: Perú.
Junto a Jenny Kim e Israel Aguilar fuimos a la FIL con el afán de conocerla y el de apoyar a la desaparecida revista Revuelta, que en esa ocasión presentaba su primer número y habíamos sido –sentimentalmente- parte del proceso de formación.
La FIL es una fiesta agradable, un sinfín de stands de editoriales con una oferta increíble de libros: algunos caros, otros muy baratos.
Ahí pudimos intercambiar conversación con Fernando Iwasaki, conocer a Edmundo Paz Soldán, reencontrarnos con Xavier Velasco y compartir un rato con los amigos: Pedro Ángel Palou, Jorge Volpi e Ignacio Padilla. Particularmente, obtuve casi todo la obra de Pedro Ángel Palou, algunos libros de Ignacio Padilla y otros más de Jorge Volpi.
Nos asombramos de ver chavos que, en lugar de estar en clases, se iban de pinta para asistir a la FIL y salían con libros comprados, algunos hasta firmados por sus autores; imposible no enamorarse de la FIL. A partir de este momento me he quedado con las ganas de volver. Y no he tenido de otra más que seguirla por las capsulas de Canal 22 o Proyecto 40, así como algunos suplementos de Milenio y el Informador.
Este año pasará a segundo plano la visita de Jodorowsky, Vargas Llosa, Savater o Herta Müller. Las notas más importantes fueron los 19 cuerpos hallados en Arcos del Milenio y el ridículo de Enrique Peña Nieto al hablar de los libros que habían marcado su vida. Ambos hechos se convirtieron en nota para diversos periódicos como El País. El primer hecho aumenta la sensación de que el sexenio de FeCal acabará muy mal, mientras que la segunda no puede causar más que vergüenza.
Hasta antes de Fox, los Presidentes poseían un poco de cultura general. Mi infancia recuerda a un Carlos Salinas conversando con Cantinflas, Octavio Paz, Monsiváis y García Márquez. A partir de Fox, hemos tenido presidentes que poco conocen de la cultura de su país, que comenten pifias en temas literarios, etc. Muchos dicen que es un hecho –casi consumado- el triunfo de Peña Nieto y obviamente nos presidiría los próximos 6 años. Qué tristeza si eso pasa.
Si Peña Nieto gana quedará en evidencia la ignorancia, la dejadez, la falta de amor o el valemadrismo en el vivimos la mayoría de los mexicanos. Tampoco debemos olvidar las mujeres que mandó a violar, la sospecha que existe alrededor de la muerte de su anterior esposa y la forma extraña en que manejó el caso Paulette.
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