El próximo jueves 8 de marzo a las 18:00 horas en el Museo Regional Casa de Alfeñique (4 Ote. #416 Centro Histórico) se vestirá de gala al recibir a Eduardo Antonio Parra para presentar su novela Juárez. El rostro de piedra; lo acompañaran Mario Alberto Mejía y Luis Felipe Lomelí. Por eso es que me permito reproducir la reseña que hice de esta novela en el extinto diario El Columnista.
Eduardo Antonio Parra se inscribe en esta avalancha de escritores mexicanos que han optado por novelar a los próceres de nuestra mítica Historia. Sin duda, Antonio ha escogido a uno de los insignes más importantes para la nación mexicana: Juárez ni más, ni menos. Juárez, el prestigioso liberal; Juárez, el personaje más representativo de la masonería en México y quizá en Latinoamérica; Juárez, el gran reformista; Juárez, el que en México le dio a la Iglesia lo que es de la Iglesia y al gobierno lo que le pertenece; Juárez, el que está en todo el país ya como nombre de escuela, ya como designación de alguna calle o como “el rostro de piedra” que se erige en alguna plaza de cada ciudad y a la que cada 21 de marzo se le deja una ofrenda floral. Hablar de Benito Pablo Juárez García es una ardua y complicada tarea, pues aparentemente –según Monsiváis- ya se ha dicho todo acerca del personaje plasmado en los billetes de veinte pesos. Sin embargo, Antonio con esta novela demuestra lo contrario.
Eduardo logra mezclar con gran perfección dos estilos literarios, por decirlo de una forma: el realista y el actual. Recurre a las descripciones detalladas, a veces asfixiantes (propias del realismo); pero juega con los tiempos para romper con la linealidad, logrando así una novela redonda en la cual va retratando a aquél Juárez que luchó a muerte contra Santa Anna; que derrotó a Miramón en la Guerra de Reforma y a Habsburgo en la Guerra de Intervención; pero también habla del Benito que conforme transcurren los años y los logros en el poder, se va volviendo más ambicioso y se reniega a perder o ceder tal, porque Juárez en vida se sabía héroe y se sentía indispensable para el país.
Juárez es la novela de un héroe lleno de claroscuros, de un humano que actúa bajo la razón, el amor, el patriotismo, la humildad, la sencillez; pero también bajo los efectos de la envidia, la soberbia, la egolatría. Aquí también se plasma la vida de un Benito que llega al poder fortalecido y apoyado siempre por Margarita, su esposa, y sus amigos liberales como: Melchor Ocampo, Guillermo Prieto, Miguel Lerdo de Tejada, Sebastián Lerdo de Tejada; entre otros, pero poco a poco la guerra, la vida y la búsqueda por permanecer en el poder -hasta que encuentre alguien capaz de manejar el país o la muerte se lo lleve-, le van arrebatando a cada una de sus fortalezas hasta volverse un ente débil o al menos una frontera fácil de pasar.
A lo largo de cuatrocientas cuarenta páginas el lector se acercará a un Pablo que caminará por situaciones adversas de las cuales saldrá triunfante y verá cómo un hombre tan lleno de certezas y seguridades en el inicio de su carrera política, al final de su vida se la vive en la duda y el desacierto, víctima de su propia historia que él y nadie más trazó.
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