Sexto piso es una editorial muy propositiva y cuya característica es apostar por escritores y títulos novedosos, controvertidos y que difícilmente veríamos en editoriales comerciales.
Una de las recientes apuestas de esta editorial está siendo la novela gráfica y el cómic, sus primeros aciertos fueron Viva la vida. Los sueños en Ciudad Juárez de Edmond Baudoin y Jean-Marc Troubet, y Diario de Nueva York de Peter Kuper, dos libros muy bellos y que lograron una opinión positiva, tanto de lectores como de críticos, debido a su contenido y belleza artística.
La calavera de cristal es la nueva apuesta mexicana de Sexto Pisto, escrito al alimón por Juan Villoro y Nicolás Echeverría e ilustrada por BEF. Este libro, desde mi perspectiva, busca colocarse –principalmente- en el gusto de los jóvenes y un que otro lector infantil.
Aquí se cuenta la historia de Gus, quien después de asistir al décimo aniversario de la muerte de su padre: el capitán Rodríguez de Plata y tras haber escuchado las palabras que le dedican, se da cuenta que para él su padre era un completo desconocido. A partir de aquí nace en Gus la curiosidad de saber quién fue realmente su padre. Después de una visita hecha a su abuela, ésta le manda a Gus un armario que su padre le había dejado y después de mover algunos cajones aparecen de forma sorpresiva: un códice maya, un reloj y la bitácora de su último viaje. Este descubrimiento lo llevará a conocer mejor a su tío Felipe y así, junto con él, poder descifrar el códice que su padre había dejado escondido. Juntos se darán cuenta que el códice habla de un tesoro que fue otorgado a uno de los emperadores mayas, esta pista los hará partir en búsqueda del tesoro; en el camino se encontrarán con gente codiciosa como Venus de Venegas y su bella Circe, a quienes sólo les interesa obtener tesoros invaluables para destruirlos a placer. Gus y su tío Felipe, al lado de Bernabé y “El reptil” Rodero descubrirán el tan preciado tesoro que el capitán Rodríguez de Plata había ocultado de los malandrines.
Intriga, traiciones y diversión; aunada a su narración precisa y envolvente de Juan Villoro, así como de los excelentes dibujos de BEF; son algunos de los elementos que convierten a La calavera de cristal en un hermoso libro.
Un texto disfrutable que seguro se colocará en el gusto de todos los lectores y que podrá ser un buen gancho para atraer a miles de jóvenes al mundo del libro.
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