13 de octubre de 2007

Una Antología heterodoxa. (Laberinto 210, 14/10/07)

Le editorial Fondo de Cultura Económica hace no mucho saco un proyecto novedoso denominado: 2 en fondo. Según reza una de las solapas del libro el objetivo es: estimular la reflexión pública sobre asuntos de interés general en los albores del siglo XXI, el cual será conducido por personajes especializados en la literatura, la música, el arte, la ciencia y la historia , y que ya realizan un trabajo intelectual de primer orden.
Es preciso mencionar que este proyecto nace de una conversación en la que participan varios amigos y aquí Volpi hace notar que en el mapa literario mexicano son pocos los espacios donde escritores y críticos puedan reunirse a hablar de libros, intercambiar ideas o escribir ensayos a dos manos, Como resultado el autor de No será la tierra (Alfaguara 2006), invita a un grupo de autores a dialogar sobre temas que iban desde la política hasta la literatura sin dejar de largo otras áreas como la historia y el arte. Un ejercicio interesante que estará siendo publicado poco a poco por esta editorial. Y no lo digo yo, lo dice Rubén Gallo, en la presentación del libro: Heterodoxos mexicanos, una antología dialogada. En esta extraña antología Gallo, escribe al lado de Ignacio Padilla.
En este libro vemos, sin lugar a dudas, el sello que caracteriza a la Generación del Crack, hacer de algo serio una travesura y viceversa, a lo que ellos han bautizado como: una broma en serio. En este paseo los dos autores hablan de sus pasiones literarias de una forma muy amena, llevan al autor de la mano y lo convidan a saltar de forma crackiana. Es una broma que se erige como homenaje a sus antecesores al mismo tiempo que es un monumento al “ego”.
El que se acerque a este libro podrá leer de forma lúdica textos desconocidos o poco difundidos para la mayoría, textos de escritores reconocidos ya dentro de nuestra literatura y que son extrañamente sorprendentes, sorprendentemente extraños. La idea de Padilla y Gallo es que el lector rompa con la clásica percepción que pueda tener de los aquí antologados, pero al mismo tiempo hacen una reflexión sobre el pasado, presente, y quizá, hasta del futuro de nuestra literatura.
Los autores y textos antologados son los siguientes:

Uno: Martín Luis Guzmán y la Remington (1917).
Dos: Luis Quintanilla y las orejas eléctricas (1924).
Tres: Salvador Novo y Guadalupe “la chinaza” (1924).
Cuatro: Federico Sánchez Fogarty y la Tolteca (1928).
Cinco: José Vasconcelos y Goebbels (1940).
Seis: Francisco Tario y la gallina asesina (1943).
Siete: José Revueltas y Pérez (1943).
Ocho: Octavio Paz y los mayas (1973).
Nueve: Bárbara Jacobs y Ruum Zape (1982).
Diez: El Crack y Francisco Villa (2000).

La dinámica es la siguiente: el lector se encontrará con el texto desconocido y luego vendrá un divagué muy interesante, en el cual los escritores hablarán de las impresiones que les dejó el texto, pero también hacen un sucinto resumen de la importancia del autor y explican por qué dicho texto ha sido considerado por ellos como heterodoxo, y cada conversación termina con un vaso comunicante que llevará directamente al trato del siguiente autor con su respectivo texto.
Entre los descubrimientos que el lector podrá encontrar en este libro se leerá la reflexión a la que llegan Gallo y Padilla, al decir que el texto de Bárbara Jacobs, escrito en un idioma inventando, resulta mas estridentista que los hechos por Quintanilla, Maples Arce o Artzubide y que tuvimos que esperar más de 60 años para leer el primer cuento escrito de forma estridentista. Otro descubrimiento que aporta esta antología es un cuento escrito por Revueltas con influencias muy kafkianas.
En fin, este es un libro digno de ser leído, además de ser el primero que viene con garantía de calidad: sí la lectura de este libro no cambia radicalmente su apreciación de las letras mexicanas, le devolvemos su dinero y su cannon.