28 de noviembre de 2011

Hasta siempre, querido, Daniel Sada-(Sexenio-Puebla 22/11/11)

Con motivo del reciente fallecimiento de Daniel Sada, dejo una reseña que hice de “Casi nunca”. Un pequeño y sencillo homenaje al escritor del desierto.

Casi nunca de Daniel Sada, galardonada con el Premio Herralde de Novela, es una novela por demás entretenida.

Casi nunca, narra los periplos amorosos de un agrónomo coahuilense que trabaja en Oaxaca: Demetrio Sordo, que en las primeras escenas se deja ver como un individuo que disfruta del sexo sin compromiso. Visitante frecuente de algún burdel de Oaxaca donde conocerá a Mireya con la cual poco a poco, o después de muchos “meter, sacar; meter, sacar”, pasando por encima de un aumento constante en la renta de Mireya por parte de la madrota, se irá enamorando irremediablemente. Al mismo tiempo que Demetrio juega al asunto de “meter, sacar” con Mireya, tiene que emprender un viaje a Coahuila para ver a su madre Telma, con quien asistirá a una boda en Sacramento -poblado donde vive Zulema, prima de Demetrio, quien tiene intenciones de presentarle a alguna jovencita con la cual se pueda entender y así buscar un casamiento-. Aquí es donde hace acto de aparición Renata, con la que aceptará sin más ni menos comenzar un compromiso amoroso. Iniciando así el verdadero periplo amoroso de Demetrio, un cuasi triángulo amoroso, más bien sexoso. Por un lado Mireya lo sigue recibiendo con las piernas bien abiertas, pero planeando algún día muy próximo huir del burdel, para refugiarse en los brazos de Demetrio. Mientras que del otro lado está Renata, una mujer decente, de buenas costumbres que ha prometido esperar a Demetrio el tiempo que sea necesario para unirse en matrimonio y ahora sí darle vuelo a la hilacha y jugar a “meter, sacar; meter sacar” con él; en vía de mientras deberá conformarse con tan sólo tomarle la mano cuando nadie los ve. Es preciso aclarar que la situación con Renata es terrorífica, pues ella vive en Sacramento y Demetrio sigue en Oaxaca trabajando, de vez en cuando le dan una semana de vacaciones, la cual utilizará para ir a verla, dicho viaje dura 3 días, razón por la cual sólo puede disfrutar de un día para lograr tomarle la mano a Renata. Pasado el tiempo, el sexo con Mireya empieza a ser incomodo, pues ya tiene brisas de incluir un compromiso: el de huir del burdel para refugiarse en alguna casa decente en brazos de su amado Demetrio, a quien le agenciará un hijo. Huyen juntos con todos los ahorros de Demetrio, sin embargo en alguna parte del camino éste huye. Viaja a Sacramento donde trabajará hasta hartarse de atender unos ranchos y desesperarse de no poder formalizar un casamiento con Renata. A Demetrio le urge jugar al “meter, sacar; meter, sacar”. Hasta que un día, harto de nada, se anima a darle un beso en la mano a Renata con riesgo de perderla.

Pocos escritores como Daniel Sada pueden presumir de tener un estilo perfectamente definido. Siempre recurriendo a una voz que nos cuenta todo -casi de forma imperativa-, que nos va diciendo cómo pasan las cosas, al mismo tiempo que le agrega un poco de humor sarcástico. Con base en estructuras complicadas, debido a su puntuación, Sada lleva a sus lectores por donde quiere y como quiere, a través de un narrador que no teme jugar con el lenguaje y con los personajes.

Una novela que divertirá a cualquiera y que se basa -un poco- en la historia de cómo es que se conocieron sus padres.

21 de noviembre de 2011

El curioso caso de un enfermo de insensibilidad-(Sexenio-Puebla 15/11/11)

En días tan aciagos como los que México está viviendo, donde las miles de víctimas, por culpa de la guerra contra el narcotráfico emprendida por Felipe Calderón. Es puntual hacerse una pregunta: ¿existe la posibilidad de perder la sensibilidad?

Ricardo Menéndez Salmón -filósofo y novelista nacido en Guijón-, parte de ésa posibilidad para darle cuerpo a La ofensa (Seix Barral, 2007) novela que ha sido bien recibida por la crítica española y ha sido punta de lanza para el autor en otro tipo de mercados como el latinoamericano.

A lo largo de 142 páginas, el lector se enfrentará a la historia de un joven sastre alemán: Kurt Crüwell, que por azares del destino ha sido testigo de una cruel matanza en la Bretaña francesa. Acción que dará origen a un suceso raro, poco común: la pérdida de sensibilidad. Punto de origen para dar paso a un sinfín de circunstancias: la estancia en el hospital de Notre Dame de Rocamadour, donde intentarán curar su extraña enfermedad; posteriormente el protagonista aparecerá viviendo en Londres bajo otro nombre y nacionalidad diferente, con el objetivo de algún día poder borrar de su memoria aquél hecho que lo marcó, se sabe enfermo y quiere sobrellevar dicho malestar. Sin embargo, el narrador de esta historia recordará al lector que olvidar es un hecho imposible, pues la muerte y la memoria existen para regresarnos a la realidad. Una realidad que para Kurt se llama: Segunda Guerra Mundial y se apellida: Nazismo.

Una novela breve, donde el autor opta por la precisión para contar una historia que por su temática se antoja pesada y riesgosa, debido a que ya existen muchos novelas escritas bajo la temática del nazismo. Empero, esta historia sirve de pretexto para abordar un tema importantísimo: la fragilidad del ser.

La Ofensa es una novela imperdible y agradable para el lector.

Para los mexicanos - La Ofensa-, pareciera ser una advertencia. Corremos el riesgo de enfermarnos de insensibilidad, si no reaccionamos a tiempo. Así como vamos, la noticia será saber cuántos mexicanos siguen vivos y no cuántos están muriendo.

14 de noviembre de 2011

En la cresta de Ilión-(Sexenio-Puebla 07/11/11)

Leer a Cristina Rivera Garza es siempre un reto.

Terminar un libro de ella y no quedar con una sensación de locura, es casi extraño, imposible.

La locura y Cristina Rivera Garza son un binomio que se dio desde que ella se encontró con la literatura.

La Cresta de Ilión es una de las novelas imprescindibles dentro del conjunto de obras que lleva publicada Cristina Rivera Garza.

La Cresta de Ilión cuenta la historia de un hombre, un alguien que una noche cualquiera está esperando la llegada de una ex-novia, nombrada como la Traicionada, empero antes de su llegada; Amparo Dávila -, la desaparecida- toca a la puerta de su casa pidiendo asilo temporal. Luego vendrán una serie de sucesos extraños: la Traicionada enfermara y será cuidada por Amparo Dávila, lo que alargara su estancia, pronto entablarán conversación por medio de un lenguaje secreto desconocido por el hombre. El hombre de esta novela es médico y trabaja en un hospital en el que se ingresa a enfermos terminales, un trabajo un poco deprimente que le da el privilegio de vivir en una casa con vista al océano, lo que hace que su trabajo sea más leve y la visita de ésas huéspedes inesperadas sea menos pesado. Sin embargo, conforme se alarga la estadía de sus visitas, comienzan también los rumores dentro de su trabajo respecto a sus inquilinas y a la par se empieza a interesar por la historia de Juan Escutia –un antiguo paciente del hospital que acabo arrojándose por la ventana del nosocomio-; todos estos elementos provocan que el hombre de esta novela experimente una vida llena de locura, de muerte, de encuentros sexuales extraños y por supuesto de locura.

Ciento cincuenta y ocho páginas que atrapan al lector y no dejan en paz al lector hasta llegar al punto final, donde también encontrará el porqué del nombre de esta novela.

La Cresta de Ilión es una novela que deja constancia de la arriesgada y original pluma de Cristina Rivera Garza.

7 de noviembre de 2011

Varón de Deseos; hombre de infortunios-(Sexenio-Puebla 01/11/11)

Escribir novela histórica siempre –pienso- representa un reto para el escritor, pues aquí la Historia debe servir a la historia para lograr una novela verosímil y no un panfleto histórico.

Novelar la vida de un ilustre personaje del que sólo existen textos de investigación o de índole religioso; me atrevo a afirmar que hace la tarea más complicada para el escritor, ya que se corren riesgos de herir muchas susceptibilidades. Cuantimás si se trata de un personaje controvertido para la Historia de una ciudad de Puebla, tan levítica, tan angelical como olorosa. Uno de esos personajes es Juan de Palafox y Mendoza, sin el cual no se podría entender la Historia poblana, a él le debemos la majestuosa Catedral, la Biblioteca Palafoxiana; por nombrar algunas cosas. Otros más opinarán que el otrora Obispo y Virrey de la Nueva España, debería quedarse en el olvido, pues su presencia sólo trajo descontentos.

Varón de Deseos (Planeta, 2011) es la más reciente novela publicada por Pedro Ángel Palou, la cual aborda -a lo largo de 152 páginas- los pasajes más importantes de la vida de Juan de Palafox y Mendoza. Con una prosa amena, poética; Palou narra los cambios drásticos que la vida le tenía preparados a Juanico. De ser un hijo bastardo que sufre el mismo destino que Moisés: ser colocado en un camastro río adentro, para luego ser rescatado y llevar una vida digna, aunque pobre. Tiempo después sería reconocido por su padre biológico y empezaría a ser educado para así convertirse en el personaje que conocen todos los hispanoamericanos. Ése que por mandato de Felipe IV vino a la Nueva España a aplicar las Reales Cédulas, a erradicar la corrupción, a otorgarle un lugar a los indígenas, a poner orden e impartir cultura a todos por igual. Actos que le provocaron odios, los cuales vieron su fruto al lograr que Palafox fuera desterrado a Osma y ahí permanecer hasta la hora de su muerte. Solo y en la inmundicia. Solo y olvidado. Deseando siempre morir en Puebla. Estos son algunos de los hechos, bellamente retratados por Pedro Ángel Palou en Varón de Deseos.

Una novela que atrapa, entretiene y maravilla, además de algo extraña, pues a pesar de ser un personaje perteneciente a la época del barroco mexicano, pareciera que Palafox es sacado de una novela romántica: termina, casi, como empieza. Nació en la pobreza, posteriormente escala y se desarrolla en la riqueza, para luego morir en la pobreza y el abandono. Más aún, comparte similitudes con Juárez, el actual símbolo de muchos mexicanos; ambos lograron llegar a las esferas altas debido a la educación que recibieron, patrocinada por algún padrino, familiar indirecto o mecenas. A ciencia cierta, no sé si Palou buscaba ofrecer esa impresión, pero al menos esa me deja a mí como lector. La diferencia es que Palafox era un hijo bastardo, tardíamente reconocido y Juárez quedó huérfano a temprana edad.

Varón de Deseos es una novela interesante para acercarse al mundo que rodeó a Palafox y Mendoza, y de una u otra forma comprender el porqué del comportar de la sociedad poblana.