27 de octubre de 2010

"El ensayo hecho poesía"-(Columna El Guardián del diván-Diario El Columnista 27/10/10)

Belleza narrativa, palabras exactas y levedad en la forma de escribir, son algunas de las características que posee esta colección de ensayos: “Papeles falsos” de Valeria Luiselli (Sexto Piso, 2010); particularidades que, según Ítalo Calvino, la buena literatura debería tener.

A lo largo de 106 páginas la autora lleva al lector por un mar de reflexiones citadinas y muy personales, que van desde el placer de andar en bicicleta por las calles del Distrito Federal hasta la posible relevancia o no, de los relingos en los paisajes urbanos de la ciudad de México. Cavilaciones cuya ilación va acompañada de una tremenda reflexión sobre algunos autores como Brodsky, T. S. Eliot o Gilberto Owen.

“Papeles falsos” es la opera prima de la autora y sin lugar a dudas, un excelente libro, el cual recurre a explicar ideas complejas utilizando metáforas sencillas, lo que le permite hablar de cualquier tema -sin aparente similitud-, y que encuadre perfectamente con la literatura, con la vida misma.

Cada frase es una bomba, cada texto una batalla y el libro una guerra ganada.

Gracias a su grandioso estilo, Valeria invita a lector a sentarse con ella dentro de un panteón para tan sólo leer en paz mientras espera la hora para encontrarse con su cita; también con ella el lector logrará pensar y sufrir en la búsqueda que emprende para encontrar el significado de la palabra saudade.

Cada reflexión es como una invitación a mudarse de casa, revisitar los libros leídos años atrás, inclusive a ponerles notas a cada uno de ellos, a subrayarlos; para dentro de unos años preguntarnos el por qué de esa nota o remarcación.

“Papeles falsos” es un libro descarado y transparente; son los auténticos y claros pensamientos que tanto acongojaron, quizá lo sigan haciendo, a Valeria Luiselli. Esta reunión de textos es una clara invitación a sostener una conversación a distancia con la autora.

“Papeles falsos” tal vez sea la distribución de silencios y vacíos que conforman a Valeria, empero, lo más seguro es que sean una serie de excavaciones profundas, cuyo objetivo era escribir por escribir y al final Valeria se encontró y nosotros con ella.

A partir de hoy, probablemente, me anime a señalar las frases que me gusten de cada libro que vaya leyendo. Mientras lo reflexiono, lo invito a que se deje llevar por la prosa ensayística de Valeria, que más bien parece un gran argumento narrativo-poético.

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