3 de junio de 2013

Teo, una fábula musical y poética-(Sexenio-Puebla 27/05/13)

Escribir para niños es toda una hazaña.

Editar un libro para niños que mezcle a la perfección dibujo e historia, en otras palabras que sea una auténtica obra de arte; es digno de ser aplaudido.

Teo y la nota azul cuenta la historia de un gato que anhela dos cosas: alcanzar la luna y tocar  como los jazzistas que tanto admira, pero de su saxofón no sale más que una triste nota azul. Una noche descubre que en el jardín de su casa, se encuentra una nave misteriosa de donde sale la música que tanto le gusta; al entrar contempla -con asombro- un cuarto adornado con las imágenes de sus jazzistas preferidos y una rockola. De pronto, la nave es impulsada mágicamente por su música y transporta a Teo a la luna, ahí encuentra un lugar en el que otros amantes del jazz están ensayando, dichos jazzistas tocan las notas roja, verde, amarilla, naranja, café, rosa y morada; sin embargo sienten un vacío, como si algo les faltara. Es aquí donde Teo hace su aparición y les muestra el dominio magistral que tiene de la nota azul. Juntos logran dar vida a una de las mejores canciones, mientras emprenden el regreso a casa de Teo, al finalizar le prometieron encontrarse la próxima luna llena.
Aquí todo sucede de noche -quizá-, porque la buena música, el buen libro, la gran conversación y el amor se conciben mejor de noche. Y tal vez, porque la noche es el único espacio que tenemos para soñar sin temor a ser interrumpidos.

De noche esperábamos la llegada de Santa Claus, los Reyes Magos y el ratón de los dientes; porque sólo de noche la ternura, la belleza y la inocencia perduran.

Teo y la nota azul nos recuerda que los niños se maravillan con cosas simples y sencillas: los sueños por cumplir; mientras que los adultos cada que aumentan su edad se vuelven más incrédulos y amargos.


Teo y la nota azul fue escrito y dibujado por Peter Kuper, un libro que buscar iniciar a los niños por el mundo maravilloso del jazz, al mismo tiempo que les recuerda que los sueños algún día se cumplen. También es un homenaje a los jazzistas que tanto admira Kuper.

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