22 de octubre de 2012

Ante la ausencia, queda la belleza (Sexenio-Puebla 16/10/12)


¿Qué tiene que decirnos una fotografía o un recuerdo? ¿Qué importancia tienen el pasado en nuestro presente?, ¿Cómo se continua la vida en otras tierras que no son las natales y de qué forma se debe afrontar? son algunas de las preguntas que me imagino se hizo Sandra Lorenzano al escribir su más reciente novela: Fuga en mí menor (Tusquets, 2012).

Fuga en mí menor es una novela acerca del exilio, la guerra, el recuerdo, la ausencia y la relación/reacción que el ser humano puede tener.

En Leo –el protagonista de la novela- recaen todas las conjugaciones posibles que ésta tiene. La primera conjugación tiene que ver con la ausencia de su padre Giulio, que desapareció cuando Leo tenía tan sólo dos años.  A partir de los recuerdos que le cuenta su madre, de una fotografía y del libro que Giulio subrayó: Vendrá la muerte y cerrará tus ojos de Cesare Pavese; Leo intentará rescatar a su padre del pasado y buscará resolver el por qué de su enigmática desaparición. Ante la ausencia del padre, queda la gran relación que tuvo con su madre: Nina que a pesar navegar contra corriente -la pérdida del esposo y el exilio de sus tierras italianas-, busca heredar a su hijo dos cosas: la capacidad de disfrutar cada día con inmensa alegría y el recuerdo de su padre como un héroe. En tercer plano, pero como gran complemento, aparece la relación que Leo tiene con su esposa Mercedes y con su hijo Julio, quien un buen día decide partir de casa y se comunica con ellos por medio de una fotografía y unas escuetas frases. La cuarta historia pertenece a Bauer y la amistad que tiene con Leo, juntos se acompañan y platican acerca de sus pasados y sus pérdidas.

Sandra Lorenzano construye una novela redonda a través de una narrativa breve, concisa y fluida,  donde logra erigir bellas imágenes, así como transmitir cada una de las sensaciones que van trastocando a cada uno de los personajes.

Fuga en mí menor guarda un vaso comunicante con el tercer movimiento de la Sinfonía n° 1 (Titán) de Mahler, pues a pesar de ser una novela donde se transmite el amor por la vida y la belleza de la misma, no se debe olvidar que es una obra donde la pérdida y la ausencia son el lev motiv. Aunque al final, la intención de la autora es –quizá- mostrar que los recuerdos están ahí para hacer más llevaderas las ausencias y convertir las grandes desgracias en un motivo para salir adelante. Y, tal vez, la mejor manera para encontrar el camino es aprender a fugarse del mundo y de sí mismo. Dicen que la distancia y el mar sanan cualquiera herida, por ello no debe extrañar que el mar aparezca también dentro de esta novela.

Una novela disfrutable para cualquier lector y que al cerrar el libro partirá a continuar su vida con una sensación de belleza por las venas. 

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