3 de octubre de 2012

Un lugar para vivir-(Sexenio-Puebla 03/09/12)


Varios son los escritores que han buscado escribir para niños y/o adolescentes: Juan Villoro, Ignacio Padilla, Luigi Amara, Mauricio Montiel Figueiras, Guillermo Samperio, Francisco Hinojosa, Pedro Ángel Palou; entre otros. Escribir para este público –pienso- es una aduana difícil de cruzar y pocos salen victoriosos, pues si la lectura no es capaz de atraparlos debe considerarse un rotundo fracaso.

Ave Xóchitl y la serpiente de luz (Fernández Editores, 2011) de Ximena Sánchez Echenique –conocida por sus novelas El ombligo del dragón y Por cielo, mar y tierra- es la primera incursión que tiene en la literatura infantil.

A través de 118 páginas la autora cuenta la historia de Ave Xóchitl quien vive en Petatepec. Los habitantes de este pueblo viven con miedo por culpa de unos seres sin espíritu que se han apropiado de su vida cotidiana: los niños ya no salen a jugar en los parques y las calles lucen abandonadas. Es un pueblo sin alegría, casi sin vida. Todo cambiará para Xóchitl y su pueblo con la llegada de Adam y su familia. Juntos –Ave y Adam- encontrarán el modo de transmitir las energías necesarias a los niños y adultos del pueblo, para poder retomar los parques y las calles. De igual forma aprenderán cómo evitar que las personas se transformen en seres sin espíritu, sin luz.

Ave Xóchitl y la serpiente de luz es un cuento completamente formativo que por medio de una narración sencilla, pero rica en lenguaje le da un lugar a la amistad, el amor y la tolerancia como los valores fundamentales que un niño no deberá perder, pues son las armas fundamentales que necesitan para transformar su entorno inmediato y así encontrar con mayor sencillez la felicidad. También busca que los niños comprendan mejor sus sentimientos y rescata algunas enseñanzas ancestrales como lo es el significado de Quetzalcóatl.

Al final, el libro se enriquece con una serie de ejercicios que ayudarán al niño a completar su experiencia lectora.

Ximena Sánchez Echenique construye un bello cuento que mezcla con fineza nuestras raíces indígenas con situaciones actuales; pues ya casi no se ve a los niños disfrutando de los parques, debido a la violencia que inunda a nuestro país.

Petatepec como metáfora de un México que ahí está y debemos recuperar antes de que la oscuridad nos los impida. Ave Xóchitl como reclamo de que nuestros niños necesitan un mejor lugar para vivir.

Un libro perfecto para compartir en familia. 

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